Rúbricas de mis ancestros

Ya no soy capaz de detener esta historia, como no puedo detener el transcurso del tiempo. No soy lo suficientemente romántica como para imaginar que la historia misma es quien desea ser contada, pero sí lo suficientemente honesta como para saber que quiero contarla yo.       
Kate Morton. 


                                                                                                                                                                         

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Rúbrica de Dn. Ignacio de Villa Hidalgo de la Fuente, mi sexto abuelo.
Rúbrica de Dña. Juana María de Mendoza, mi séptima abuela
Rúbrica de Dn. Diego Joseph de Ossa (Castrillón), mi sexto abuelo.

Rúbrica de Lucas Javier de Betancur, mi noveno abuelo.

Rúbrica de Dn. Diego de Castríllon Bernardo de Quíros

Rúbrica de Antonio Gómez de Castro Betancur, mi séptimo abuelo.

Rúbrica de Dña. Manuela Puerta y Molina, mi sexta abuela.

Rúbrica de Dn. Antonio Londoño y Trasmiera, mi sexto abuelo.
Rúbrica de Dn. Antonio Londoño y Trasmiera

Rúbrica de Don Diego de Castillo, mi décimo abuelo.

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12 respuestas a «Rúbricas de mis ancestros»

  1. Hola A a María. Gusto en saludarte. Yo desciendo tambien en línea materna de José Antonio Alzate y Rufina Vargas. No se si de la
    Misma esposa porque él tuvo dos. Saludos.

  2. Cuentas aquí magistralmente la historia de tus ancestros. “Rubrica de mis ancestros”, la titulas. Labor encomiable que valoro, querida Ana María.
    Y lo haces con el sello inconfundible de plumas centenarias, que asentaron en su tiempo en el papel, con sus propias manos, algunos antepasados tuyos.
    Unos lo hicieron someramente, otros no tanto y algunos más, demostraron su vigor, su carácter, su entereza, en cada rasgo fuerte… pero, en cada papel, cada uno dejó con su energía vital, la huella de sus manos, el calor de sus vidas, sentimientos…
    Firmaron con tintas de la sepia o de negro humo, o de varios vegetales, o de tierra o de vino, o ferrosas que eran negras y tan fuertes, que atravezaban con el tiempo el folio, muchas veces traspasandolo.
    Allí quedaron impresos como vemos, los rasgos caligráficos de los nombres de algunos de tus ancestros, con sus inconfundibles rúbricas complejas o sencillas…
    Y allí siguen en este Siglo XXI, guardados con amor, para la memoria de la historia familiar, prolongada en el tiempo y en el espacio…

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